miércoles, 29 de julio de 2015

Peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Bruis, 21 de mayo del año 1877


 
En la revista religiosa “La Cruz”, de ámbito nacional, apareció publicado este artículo que reproduzco íntegramente. Hay interesante información respecto a cómo eran las celebraciones en Bruis a finales del siglo XIX.
 
En el Alto Aragón, obispado de Barbastro, partido de Boltaña, pueblo de Palo, se halla a poca distancia de la parroquia, en medio de un delicioso llano, rodeado de montañas, el magnífico santuario bajo la invocación de Nuestra Señora de Bruis.
 
El 21 del pasado Mayo, segundo día de Pascua, formará época de un grande recuerdo en los habitantes del país; es imposible describir la numerosa romería verificada en ese día a dicho Santuario, ya sea por lo extraordinario de la concurrencia en estas circunstancias, cuando tan atrasadas están las labores del campo por las continuas lluvias, ya por el recogimiento y compostura y devoción con que se hizo, sin que haya que lamentar desmán algún, como desgraciadamente ha sucedido en otras partes. Tampoco era de esperar otra cosa de los piadosos y pacíficos habitantes de esta comarca.
 
Asistieron en procesión con sus banderas y estandartes los pueblos de Palo, Ligüerre de Cinca, Clamosa, Trillo, Troncedo, Formigales, Pallaruelo, Morillo de Monclús, Charo, Muro de Roda y Mediano, habiendo representantes de los obispados de Huesca y Lérida, y las provincias catalanas, que tanto se distinguen en esta clase de manifestaciones. También ocupaban lugar preferente en esta Santa Reunión los peregrinos de las provincias de Lérida y Tarragona. Tanto fue el concurso que, a pesar de ser la iglesia bastante capaz, fue indispensable que el orador sagrado Don Serapio Escalera, regente de Mediano, para poderse dejar oír de la multitud que llenaba la lonja y sus inmediaciones, se colocara en un púlpito provisional, junto a la grande portada.
 
Se acercaron a la sagrada Mesa más de 300, casi igual número de hombres que de mujeres. Muchos vinieron de largas distancias.
 
Doce sacerdotes, desde muy temprano, se dedicaron a oír confesiones y a reconciliar a los que confesaron el día antes.
 
Eran más de las doce cuando concluyó la Misa solemne, que se cantó a toda orquesta, ostentando el magnífico terno de la parroquial de Palo, fabricado en Toledo. Y para coronar esta grande festividad, a las tres de la tarde se dio principio a los ejercicios de las Flores de Mayo, predicando el Sr. Don Francisco Arias, cura de Escanilla, el que edificó al auditorio, como lo había hecho su digno compañero de la mañana. –T.S.E.

1 comentario:

Chema Vías dijo...

"ostentando el magnífico terno de la parroquial de Palo, fabricado en Toledo". El terno lo había donado ochenta años antes José de Viu y Gabesaco, natural de Palo y canónigo de la Catedral de Toledo. En la casulla aparecía, bordado en oro y plata, el escudo familiar.