domingo, 25 de noviembre de 2012

Escudo de armas de los Pardina de Frontiñán y Olsón.


En Olsón el apellido De La Pardina, transformado en Pardina a partir del s.XVIII, es muy antiguo puesto que ya en el año 1495 se documenta Joan de La Pardina. Hubo representantes del linaje en varias casas de Olsón y también en Frontiñán, aldea de Olsón hace años deshabitada y que en la actualidad se halla en ruina avanzada, ubicada al sur de Olsón, en terreno elevado y quebrado.  En el año 1668 Antón De La Pardina vivía en Frontiñán. En el año 1671 Antón estaba casado con María Palacio Torres, natural de Olsón,  del barrio de Samper.

 

Desde Frontiñán el apellido dimanó a La Fresneda, Teruel, villa de la comarca del Matarraña. En el año 1819, en un libro con cubiertas de pergamino, se hace constar que D. Juan Ignacio de La Pardina, casado con Dª María Bárbara Menude, habitante en la villa de La Fresneda, era infanzón, descendiente de Frontiñán. Los herederos de esta familia conservan un cuadro en el que se halla pintado el escudo de los Pardina de Frontiñán.
Armas de los Pardina de Frontiñán. Fotografía gentileza de Ignacio Zoppetti Paricio.

Escudo ovalado y cuartelado: 1º en campo azur, una carrasca cimada con una cruz roja y resplandor amarillo, y a los pies del árbol un león pasante que mira a su izquierda y se dirige hacia la derecha; 2º en campo azur, en oro palacio almenado, 3º en campo azur, cuatro bandas de gules, 4º en campo azur tres cipreses en sinople y una espada en su base. Debajo del escudo, cinta de oro con la inscripción ARMAS DE LOS PARDINAS DE FRONTIÑÁN. Timbre de hidalguía empenachado y adornos. No me atrevo a fechar el escudo; puede ser del s.XVIII. Parece ser que el cuadro lo mandó realizar un clérigo puesto que el escudo es ovalado.

En la iglesia parroquial de Olsón, en la capilla de Nuestra Señora del Pilar, hubo un escudo elaborado en piedra, en él figuraban las armas de los Pardina de Olsón. Este escudo, con posterioridad, fue trasladado a la sala principal de casa Pardina de Olsón. A mediados del siglo XX un gallego apellidado Pardina compró el escudo ante notario y lo trasladó a su tierra. En un documento del siglo XVIII describen dicho escudo de esta manera: Presenta cuatro cuarteles. Arriba a la izquierda, en campo azul, hay un palacio con tres torres; arriba a la derecha, en campo azul, una carrasca cimada con una cruz roja y a los pies del árbol un león. Abajo a la izquierda, en campo plateado, tres cipreses, puerta y una espada en medio de unas armas; abajo a la derecha hay cuatro barras de Aragón coloradas. Como vemos, éste escudo era similar al de los Pardina de Frontiñán, debían tener el mismo origen.

sábado, 24 de noviembre de 2012

El apellido Miguel en Lamata y Escanilla.

 
El apellido Miguel o “De Miguel” estuvo radicado en la localidad de Lamata desde antiguo. La primera referencia documental es del año 1495, momento en el que era cabeza de familia Pedro de Miguel. En 1508 aparece citado Joan de Miguel. En 1566 había dos casas en el pueblo cuyo propietario llevaba el apellido Miguel: casa de Pedro Miguel y casa de Baltasar Miguel.

Casa de Pedro Miguel (ver tabla I). Pedro Miguel poseía  Casa, cellero, trillas, pallar, patios y corrales” que limitaban con casa de Joan de Monclús, casa de Matheu Climent y vía pública por dos partes. Esta vivienda ya existía en el s.XV y parece ser que desapareció en el s.XVII. Estuvo situada entre las actuales casas de Román y El Herrero, aproximadamente donde ahora se ubica la era de casa Palacio. En 1566 la casa y las tierras estaban valoradas en 2115 sueldos. En esta tasación no se incluían varios campos que eran francos y, por tanto, libres de impuestos. Como curiosidad reseñar que también poseían en propiedad una pequeña vivienda sita en Escanilla, valorada en 55 sueldos.
 
 
Casa de Baltasar Miguel, actual casa Arasanz (ver tabla II). En el año 1566 la “Casa, patios, trillas y cellero” que pertenecía a Baltasar Miguel, limitaban con campo de Victorián Cosculluela, casa de Miguel Ballés, tres vías públicas y “ferrería del concello”. Sus bienes inmuebles estaban valorados en 905 sueldos jaqueses. Antón de Miguel, anterior propietario de la vivienda, documentado en 1551, estaba casado con María Miguel, de Escanilla. En un documento antiguo del archivo del Santuario de Bruis (actualmente en el Archivo Diocesano de Barbastro) se afirma que “se ha perdido un censal de 20 libras con obligación señalada, que pagaba Antón de Miguel por el gascón de Lamata”. El apellido se mantuvo en casa Arasanz hasta el año 1634, momento en que María de Miguel contrajo matrimonio con Miguel Cosculluela (ver tabla II). María de Miguel enviudó y casó con Pedro de Pueyo, siendo heredero de la casa un hijo del primer matrimonio.
Vista parcial de la fachada principal de la actual casa Arasanz, casa de Baltasar Miguel en el año 1566. Se observa la parte más primitiva de la casa, ya existente en el s.XVI. El balcón y la ventana superior son posteriores. La primitiva puerta de entrada está cegada.
 
Los Miguel en casa Bestué. Además de las dos casas mencionadas, el apellido Miguel estuvo presente, por poco tiempo, en la actual casa Bestué. En la primera mitad del s.XVII la heredera, Mariana Cosculluela, contrajo matrimonio con Jusepe Miguel. Este matrimonio nombró como continuadora de la casa a su hija Victoria Miguel, que casó con Antonio Salinas. En el año 1647 figuraba como cabeza de familia Jusepe Miguel.
 
INFANZONÍA DE LOS MIGUEL.
 
En el año 1580 Pedro de Miguel y Baltasar de Miguel, vecinos de Lamata, eran considerados infanzones. En el año 1626 Antón Miguel y Jusepe Miguel, de Lamata, asistieron en calidad de infanzones a las cortes celebradas en Barbastro.

Los Miguel de Lamata estaban directamente emparentados con los Miguel de Escanilla y los Miguel de Olsón. Todos ellos eran infanzones y tenían una buena posición económica.

En el año 1627 Joan de Miguel, vecino de Barbastro, probó su infanzonía mediante testigos y documentos. El origen de su nobleza estaba en Escanilla, en la actual casa Salinas, antiguamente llamada Miguel, ya documentada en el año 1486. Según se cuenta en el proceso de infanzonía, en Escanilla “ha habido y hay una casa o palacio del renombre y apellido de los Migueles, que por su aspecto parece ser muy antigua, la cual limita con dos calles públicas y con casas y patios de Miguel de Viu”. Para saber más de la genealogía familiar ver la Tabla III.
 
 
En el proceso de infanzonía de Joan de Miguel se dice que el concejo de Escanilla y Lamata siempre estuvo formado por hidalgos y hombres de condición. Cada año se nombraba a dos jurados, uno primero el de hidalgos y otro de los hombres de condición, teniendo cada uno en la iglesia y en otros lugares públicos su asiento, estando los hijosdalgo en el lugar más preeminente y los hombres de condición en segundo lugar. Puesto que a principios del s.XVII abundaban mucho los infanzones y casi no había hombres de condición, se optó por eliminar la costumbre de nombrar a un jurado de hidalgos. Siguió habiendo dos jurados: jurado primero y jurado segundo, sin distinción para los infanzones. En cuanto al cobro de impuestos, en el proceso de infanzonía se afirma que en el concejo nunca hubo diferencias entre infanzones y hombres de condición, nadie pagaba el derecho de maravedí ni ningún otro del reino, tampoco se pagaba impuesto señorial al obispo de Huesca.

El apellido Miguel, en los siglos XVI y XVII, fue frecuente en el sur de Sobrarbe. Con posterioridad llegó el declive, perdió importancia y pasó a ser escaso, extinguiéndose en muchos pueblos.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Piedra armera de los Oliván en casa Mesonero de Torla.


Escudo elaborado en arenisca calcárea autóctona, ubicado en la clave de la portada dovelada que da acceso a la casa. Presenta cabecera bicóncava y base apuntada, y carece de timbre de hidalguía. Campo ocupado por un olivo que muestra sus raíces, acompañado en el centro con la inscripción OLIBÁN, a un lado y otro del tronco. Siglo XVI.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Francisco Ferrández, albañil.

"Me hizo Francisco Ferrández en el año 1906. Pozo de agua permanente".

A principios del siglo XX estaba de moda realizar pozos de agua. En Lamata trabajaban dos cuadrillas de albañiles, venidos desde Samitier y Escanilla. En Casa Palacio estuvieron los albañiles de Escanilla, que terminaron la obra en el año 1906. Francisco Ferrández era mañoso trabajando la piedra y a su vez tenía buen gusto. En casa Palacio esculpió un bonito rostro que en la actualidad está incompleto en su mitad inferior; se rompió en una “restauración” reciente, al colocar un grifo.